miércoles, 1 de febrero de 2017

~ La Abuela Coca, Medicina Ancestral de los Andes ~

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      ~ La Abuela Coca, Medicina Ancestral de los Andes ~


Dentro de todos los elementos que conforman, constituyen y sobre los que se fundamenta la filosofía del mundo andino, particularmente la parte del altiplano sud americano, quizás uno de los mas importantes y de gran relevancia, sea la utilización de la medicina de la abuela Coca. Una medicina que está totalmente asociada a la forma de vida de estas antiguas culturas en muchas formas, tanto desde el punto de vista mágico, ritual, medicinal y social. 

La abuela Coca, viene a ser algo así como parte de la respiración del mundo andino, tal como lo son las bellas melodías de las quenas y las zampoñas, el magnificente vuelo del cóndor, la tierna visión de las llamas y las alpacas pastando en los valles andinos o la majestuosidad de la Cordillera de los Andes. 

La información que en general se tiene de las antiguas culturas que conformaban dicho mundo, en la sociedad moderna, es muy limitada, estrecha, y de corto alcance. Proviene de informaciones muy parciales, miopes y alejadas de la verdadera comprensión de esta cosmología antigua, profunda y sabia. Dichas culturas proliferaron y se desarrollaron por miles de años antes de la llegada de los españoles a América, en diferentes civilizaciones, tales como la cultura Chimú, Nazca, Paracas, Inca y Tiahuanaco, entre otras tantas.

Desde tiempos inmemoriales, la Coca a estado íntimamente ligada al desarrollo y la evolución de muchas de dichas culturas, en formas muy variadas. Entre las cuales, podemos mencionar algunas de sus cualidades medicinales, como por ejemplo, ser una gran medicina para los males de altura. No debemos olvidar que algunas de dichas culturas viven sobre los 3.000 metros de altura. 

Muy pocas especies en el mundo alcanzan los niveles de concentración en nutrientes como la hoja de Coca, tal como a sido comprobado en diversos estudios y publicaciones científicas muy serias y rigurosas en reputadas instituciones académicas. Por tal razón, la podemos encontrar como un elemento muy determinante en la dieta alimenticia de dichos pueblos, debido a su alto valor proteico, la alta concentración de minerales, vitaminas y carbohidratos, así como a sus altos niveles de fibra.

Otros beneficios adicionales en el campo medicinal, son su acción benéfica y reguladora de la función intestinal, su gran poder digestivo y diurético, el alto poder para eliminar las grasas, o la regulación de la función hepática. Así mismo, caben destacar, su función purificadora de la sangre, su función antiinflamatoria, el reforzamiento del sistema inmunológico en general, así como su acción tonificadora y vigorizante de la resistencia física. Demostrando de esta manera, la inteligencia intrínseca en este tipo de medicinas, que son capaces de actuar en múltiples direcciones, según las diferentes necesidades particulares de los usuarios.

Naturalmente, la Abuela Coca, es un remedio indispensable en los hogares andinos, ayudando a combatir el cansancio, el frío, el hambre, o bien, los dolores corporales. O simplemente acompañando a los pastores en sus largas jornadas con sus rebaños en las laderas y mesetas de los contrafuertes cordilleranos del altiplano andino. Lo que se puede ver casi como una bella postal, cuando se recorren los caminos de estas tierras mágicas, y se ve a los niños pastoreando con sus ponchos multicolores, sus ojotas, sus chullos, y su inseparable chuspa, que es la bolsa donde portan la mágica medicina.

Desde el punto de vista espiritual, la abuela Coca, es indudablemente uno de los pilares en que se sustenta el mundo andino, constituyéndose en un elemento esencial y primordial en cualquier tipo de ritual o ceremonial. Infaltable en la mesa o en el altar de cualquier pago o invocación a los sagrados Apus, o bien, como ofrenda en gratitud a la abuela Pachamama. Así mismo, también es utilizada como oráculo para predecir hechos futuros, o bien, determinar la causa de los conflictos, las enfermedades o cualquier tipo de dificultad.

Principalmente, son los yatiris, los paco runas y los chamanes auténticos, quienes poseen los conocimientos esotéricos o metafísicos, respecto de los niveles mas elevados de la comprensión, el entendimiento y los verdaderos alcances de este gran espíritu dévico de la madre naturaleza. Conocimientos que se han ido traspasado de generación en generación a través de innumerables linajes, que nos llevan a tiempos y memorias olvidadas en aquellas épocas en que florecieron y prosperaron dichas civilizaciones.

Para todas las culturas antiguas, en mayor o menor medida la naturaleza constituía en si misma la botica divina, y con sabiduría y sapiencia supieron determinar el uso, la forma y los beneficios que generosamente esta les proveía a sus comunidades. La inteligencia divina dispuso que cada región del planeta, de acuerdo a su geografía, clima y particular medio ambiente, contara con todos los recursos, y las potencialidades necesarias para la adaptación, la nutrición, el sostenimiento y la evolución del ser humano. 

En el caso del mundo de los Andes, la abuela Coca, fue un gran regalo divino, y se constituyó en parte importante y sustancial de la vida de las diferentes comunidades. Lo que en la práctica aún podemos ver en la actualidad, en la gran función social que cumple el rito de compartir, masticando las hojas de Coca, en la que siempre se ofrenda y comparte las hojas de mejor calidad, con quien se tiene al frente. También la encontraremos indisolublemente entrelazada con todas las decisiones importantes en las reuniones, encuentros y en todo tipo de celebraciones y conmemoraciones sociales de dichas comunidades.

La tierra se encuentra indeleblemente ligada al cosmos, y en parte importante, el punto de fusión de ambos se encuentra en la cima de las montañas. Siendo estas el portal por donde entran las energías cósmicas, y desde donde se distribuyen estas energías a través de las cadenas montañosas. De ahí, es que el hombre andino siempre buscó la cima de las montañas para realizar sus invocaciones, sus oraciones y también para manifestar su gratitud a las divinidades y a los espíritus tutelares. Nuevamente encontramos las hojas de Coca, como compañera inseparable de dichas prácticas espirituales.

El uso inteligente y práctico de esta prodigiosa medicina, podría llegar a constituirse en una gran ayuda en el mundo actual. En el que predominan la ignorancia, el caos y la confusión, y donde gran parte de la población se encuentra muy enferma por el abuso excesivo de todo tipo de medicamentos y sustancias farmacológicas. Las que además, frecuentemente son causa de todo tipo de males y desórdenes mentales, físicos o emocionales. 

Cuan bueno sería que recordáramos la inmensidad de Dios, al entregarnos medicinas tan poderosas, benéficas, curativas y simples, como la abuela Coca. La que por cierto, nada tiene que ver con el clorhidrato de cocaína y todos sus males derivados. Algo similar a lo que ocurre con la degradación producida por el abuso del alcohol, que absolutamente nada tiene que ver con las grandes propiedades ineherentes de la uva o de los granos o sustancias de los que este procede.

Que la Madre Pachamama, el Taita Inti y la Madre killa, bendigan a todos los seres y a todos los reinos.








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