miércoles, 1 de febrero de 2017

~ Ayahuasca, el Bejuco del Alma ~

           

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                      ~ Ayahuasca,   el Bejuco del Alma ~ 

Hoy en día, en el mundo contemporáneo la palabra Ayahuasca, es bastante popular y conocida, aún cuando comparativamente son muy pocas las personas que la han consumido o experimentado en alguna de sus formas o rituales. Para poder entender correctamente de que se trata cuando hablamos de Ayahuasca, necesariamente debemos retrotraernos en el tiempo y procurar comprender un poco acerca de sus orígenes y sus raíces.

Lo que ciertamente no resulta nada de fácil, ya que tanto su historia como su utilización, están íntimamente ligadas a una gran cantidad de diferentes y dispares tribus de las cuencas y regiones amazónicas. Las cuales son muy disímiles y distantes entre si, tanto en lenguajes, formas culturales, tradiciones, regiones geográficas, etc. Además, desde luego, siempre se encuentra envuelta en mitos, leyendas y alegorías que el hombre moderno difícilmente esta capacitado para comprender. 

De lo que si podemos estar seguros, es de la vital importancia que ha tenido y aún sigue teniendo en la vida y la cultura de dichos etnias y pueblos, tanto su uso ancestral, como ritual, medicinal y shamánico. No podemos dejar de lado, el comprender que la adaptación, el entendimiento, y la interacción  de cualquiera de dichas  tribus y antiguas razas, para con la madre naturaleza y sus diferentes reinos; constituyen algo muy distante y diferente de cualquier concepto que podamos tener de ello las sociedades mas modernas y sofisticadas.

Para dichas culturas, la naturaleza era algo así como una infinita botica divina y una gran madre proveedora. Y bueno, es de ahí precisamente, desde donde deriva y proviene este inmenso conocimiento arcano y misterioso de la ciencia de la madre Ayahuasca. Lo mismo es también válido para muchas  otras plantas, vegetales y minerales de la jungla amazónica y sus diferentes y variados usos.

En términos generales, se podría decir que ellos consideraban a estas plantas, como plantas maestras, pues del correcto y apropiado uso ritual de estas, se derivaban mucha sabiduría y conocimiento en diferentes niveles. Tales como la cura y el correcto tratamiento de infinidad de enfermedades, la comprensión de los ciclos naturales, la búsqueda de la caza, la organización social,  o el entendimiento y la correcta comprensión de mitos y leyendas ancestrales. Así como también, el entrenamiento y la práctica shamánica, o la obtención o percepción de conocimientos esotéricos o metafísicos.

Ciertamente, este conocimiento estaba en manos de quienes realmente estaban rigurosamente preparados y entrenados para ello, y que cumplían entre otras labores, la de doctores o médicos de las comunidades a las que pertenecían y servían.

No fue sino hasta mediados del siglo 19, primero  a través de Richard Spruce, y luego a mediados del siglo 20, a través de Richard Evans Schultes. Aquellos grandes y épicos  aventureros, pioneros de la etno-botánica mundial, y amantes del mundo amazónico, que el mundo occidental supo acerca de la existencia de la Ayahuasca. Por lo tanto, a ellos y a otros tantos que siguieron sus pasos, nuestro eterno agradecimiento.

Y así es, que la medicina de la Ayahuasca paulatinamente fue saliendo de sus contornos y dominios propios en la selva, y empezó a visitar ciudades, países y nuevas comunidades. En la actualidad ya forma parte de un conocimiento colectivo y se a convertido en una alternativa válida en lo que se refiere a los diferentes tratamientos y procesos de curación. Ello es válido, tanto en los  niveles físicos,  psicológicos, mentales o espirituales. En la actualidad, la podemos encontrar ligada a diversos círculos sociales y variados campos, tales  como la química, la medicina, la física, la psicología, la antropología, y la espiritualidad.

Actualmente podemos encontrar mucha información, principalmente a través de internet, foros, libros, documentales o películas, aún cuando estas en gran parte provienen de personas o autores que raramente son verdaderos conocedores de esta ciencia divina y ancestral. Ya que los que realmente saben del tema, raramente o quizás nunca, han escrito libros o bien, escasamente han tenido participación en la elaboración y difusión de dichas publicaciones. Por lo tanto, es muy común que haya mucha confusión, subjetividad y compresión incompleta o parcial. Y también desgraciadamente mucha falsedad, en cuanto a los alcances y las esferas en las que esta medicina puede actuar.

Para entrar ya en el campo propiamente terapéutico de la Ayahuasca, necesariamente hay que entrar en el mundo metafísico o espiritual, y abrir la mente al concepto que de ella tenían los pueblos antiguos. Para quienes esta sagrada medicina estaba imbuida de un poderoso espíritu que iba mucho mas allá que el mero brebaje de la planta, la que naturalmente en si misma también tiene un altísimo y potente poder medicinal. 

Para ellos, cada planta posee un espíritu. Y específicamente la Madre Ayahuasca, es una suerte de planta madre o planta reina si se quiere, y que cuando se ingiere en un ritual con las prescripciones correspondientes, se transforma en un verdadero puente entre el mundo físico y el mundo espiritual o sobrenatural.  Por lo tanto, es muy necesario comprender que la leyes que ahí operan y rigen, van bastante mas allá que las ciertamente mas limitadas y acotadas leyes del mundo físico.

 Desde esa perspectiva, cuando se ingiere el Ayahuasca, se produce una expansión de la conciencia, lo que nos permite ver un mundo amplificado y multidimensional en que no solo se pueden tener interesantes visiones, sino que nuestra mirada se puede extender y expandir en muchas direcciones. Las que se extienden mucho mas allá de la realidad tridimensional, permitiéndonos trascender los conceptos de  tiempo y espacio, y por ejemplo, llevarnos ver cosas como nuestro mundo subconsciente, y todo lo que ahí se encuentra. 

De la misma forma, es posible ver aquellas realidades o dimensiones que regularmente nos están vedadas en la conciencia ordinaria, a encontrarnos con nuestros ancestros, o bien, con seres que ya no están en el plano físico. Así como también, a vislumbrar eventos futuros, o ver y comprender la raíz de nuestros problemas mas íntimos, vale decir a mirarnos frente a frente y sin dobleces. A profundizar en la complejidad de nuestras relaciones, o también, a encontrarnos cara a cara con nuestras fuerzas y debilidades, solo por citar algunos pocos ejemplos.

Así, también ocurre con los procesos de sanación, ya sea que estos ocurran en los niveles físicos, mentales, emocionales o espirituales; los que ciertamente, suelen estar muy relacionadas entre si. En toda esta supra realidad, se es asistido y protegido mágicamente por estos verdaderos doctores y guardianes de la selva, que son los espíritus de las plantas. Los que conforman un mundo que  danza, gira y se relaciona  asombrosamente en sincronía con el  son y la melodía de los ikaros, y los llamados e invocaciones que hace el verdadero maestro ayahuasquero.

Probablemente, esto puede parecer un poco difícil de entender para las mentes mas bien racionales, y educadas de acuerdo a normas, pautas o patrones estructurados en los  convencionalismos de la vida moderna. Pero no para aquellos que van un poco mas allá, y no necesitan ver para creer, sino que mas bien primero creen, y luego esto les permite ver con mayor profundidad.

Es muy importante, el precisar la relevancia que tiene la persona que dirige un ceremonia de este tipo, vale decir el maestro ayahuasquero. En  quien recae mayoritariamente la responsabilidad del éxito de estos procesos, así también como la forma en que este maneje las innumerables energías que actúan y confluyen durante una ceremonia de este tipo.

Para ejemplificar esto podríamos hacer una alegoría con el bisturí, el cual en manos de un médico cirujano competente y experto, puede lograr  operaciones extraordinarias y de altísimo nivel. El mismo bisturí en manos de un medico de calidad regular o inexperto puede ser inoficioso o incluso bastante peligroso para el paciente. Y ni hablar del mismo bisturí en manos de una persona desequilibrada o trastornada, ya que esto  puede producir efectos de alto riesgo y peligrosidad.

Entonces, tenemos que el bisturí es la herramienta o vehículo para ejercer la curación, pero que finalmente no es el responsable por el  buen o mal uso que podemos hacer de dicho instrumento. Similarmente, el Ayahuasca,  es una energía muy poderosa, la que de por si es neutra, y si no la sabemos manejar con sabiduría, respeto y conocimiento, también puede llegar a manifestarse como una fuerza muy peligrosa e incontrolable.

También podemos ver mucha confusión y exageraciones de todo tipo, en cuanto a todo lo que se dice en relación  al poder medicinal de esta sagrada planta. Cualquier persona con un conocimiento mediano de lo que significan los complicados procesos y las dificultades que están implícitas en la curación de los diferentes aspectos del ser humano, sabe que esto es algo muy relativo y también muy particular. Y que lo que le puede hacer muy bien a una persona, no necesariamente se tiene que cumplir en otra.

Hay muchos aspectos, factores, y variadas causas. Naturalmente cada enfermedad tiene su correspondencia con diversos componentes de desequilibrios energéticos de distinta tipo y naturaleza, tales como aspectos kármicos  personales o enseñanzas que debemos aprender. En definitiva, la enfermedad en si mismo también es un camino de curación y de evolución espiritual. 

Aquí es muy importante, el saber hacer una buena comprensión  del hecho de que precisamente y de acuerdo a las leyes espirituales, finalmente cada uno es responsable de si mismo, y del estado en que se encuentra. Por lo tanto, cada cual debe poner mucho de su parte para lograr el éxito en su propia curación, ya que sin verdadera autodisciplina, y sin cambiar nuestras malos hábitos, ni nuestras malas costumbres, es muy difícil lograr una curación total o permanente. Eso es un largo proceso que normalmente le lleva al ser humano gran parte de la vida.

Circunstancias como la calidad, la pureza y la refinación del Ayahuasca, el poder y la fuerza del curandero, tanto como las energías o las entidades con las que este trabaja, son aspectos muy importantes a considerar. Los cuidados previos y posteriores en cuanto a la dieta, la confianza, o la fe, o bien la ausencia de las mismas en el practicante, y el buen uso del sentido común, también son factores y elementos de gran relevancia.

Con humildad puedo decir que me a tocado ver curaciones asombrosas, de muy variada índole, e increíbles progresos en la vida y la evolución de muchas personas. Así también, haber visto a otras personas que han manifestado cambios y mejorías importantes en variados niveles, aun cuando no necesariamente radicales en cuanto a la dirección de sus vidas. Y aún, desgraciadamente a personas que han empeorado bastante en diferentes niveles y formas, por el mal uso que le han dado a  esta sagrada ciencia de la naturaleza.

Otro factor muy importante a considerar, y que se a mencionado brevemente mas arriba, es con quien se bebe esta medicina. Siempre lo óptimo e ideal será hacerlo con personas que cuenten  con una larga experiencia, con un entrenamiento adecuado,  a través de  numerosas y rigurosas dietas y ayunos, con las plantas aliadas y afines, según las prescripciones tradicionales.  Y mejor aún, si estos conocimientos provienen de un buen linaje, vale decir que hayan sido adquiridos a través de la transmisión de buenos y competentes maestros. El que hayan cultivado en si mismos, buenas cualidades y atributos como la compasión, la verdad, la rectitud, el respeto, el amor al prójimo, y el gusto y el Amor por lo Divino. Desgraciadamente algo no tan fácil de encontrar en estos tiempos.

De la misma manera, y en forma análoga, en lo posible el evitar hacerlo con aquellas personas de naturaleza arrogante, con tendencias egocéntricas, poco amigas de la verdad, oscurecidas por los celos, codiciosas, y otros atributos negativos de este tipo, las que por desgracia abundan en estos caminos. Lo similar atrae lo similar.

Y esto es así, ya que el mundo astral tiene muchos niveles y posibilidades de afinidad, correspondencia y convergencia. Y entonces, con esta medicina, ciertamente podemos sondear e indagar en las  misteriosas regiones del mundo interno, en los recuerdos recónditos del alma, en las regiones siderales de la sabia del espíritu, o en los altos dominios del Ser Esencial.

Pero, también ahí es donde debemos ser cuidadosos y precavidos, ya que que  en el plano astral, y en el mundo invisible como mencionamos mas arriba, existen diversos y variados  niveles y grados. Entre otros, los mas bajos, en los que abundan diablos, demonios y seres malvados y perversos. Los planos intermedios, en los que moran y evolucionan muchos seres de diversos reinos de distinta condición y grado evolutivo, entre los que que también se encuentran las almas y los espíritus de quienes descansan de la experiencia en el cuerpo físico, y progresan en espera del tiempo de  una nueva oportunidad de reencarnar. Y naturalmente también los planos altos, sutiles y elevados, donde moran los Angeles, los Seres de Luz y los Dioses del alto cielo.

Muchas bendiciones, a quienes se acerquen con respeto, reverencia y humildad, a este conocimiento arcano, de esta ciencia sagrada y milenaria del mundo vegetal de la selva amazónica.



Jorge Herreros M.








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