~ El Despertar de la Luz Interior ~
Si observamos con suficiente atención la historia del hombre en los últimos
milenios, veremos que en variadas formas, las fuerzas de la Luz y la Oscuridad
han estado en forma permanente y constante en una lucha formidable e
interminable a la vez. En parte importante, es dicha dualidad, la que ha moldeado
y determinado en forma muy relevante el destino y la evolución del género humano.
Naturalmente, la dualidad es una realidad que se manifiesta
y se expresa mucho mas allá de este permanente conflicto o enfrentamiento entre la fuerzas de la Luz y las de la oscuridad. Esto lo podemos encontrar en la naturaleza en diferentes formas y expresiones tales como la manifestación del frío y el calor, el día y la noche, del bien y el mal o el goce y el dolor. Siempre la encontraremos en pares de
opuestos que se alternan y superponen constantemente, y que afectan, modifican
y alteran la realidad, el ambiente y la
atmósfera del ser humano.
Si tomamos el ejemplo de la Luz y la oscuridad, veremos que
dicha polaridad siempre ha estado presente en la historia y la vida de los seres
humanos, y que desde luego, ha ido cambiando y manifestándose en diferentes
formas y maneras, de acuerdo al desarrollo y la evolución de la especie en el tiempo y el espacio. En el
aspecto externo, para corroborar aquello, solo habría que imaginar a un ser
humano de hace solo un par de siglos hacia atrás que entrare repentinamente en cualquier realidad habitual de los tiempos actuales. A nadie le pueden caber dudas, de las
enormes diferencias entre el concepto exterior de Luz y oscuridad entre el
hombre antiguo y el hombre moderno.
Arquetípicamente, en el mundo interno la situación es
bastante diferente, aún cuando no se puede generalizar, ya que las sociedades
han evolucionado en formas, maneras y patrones también muy diferentes entre si. Y finalmente, el enfrentamiento colosal y permanente entre ambas fuerzas ha
sido absolutamente determinante para el avance, el progreso y aún para la
situación presente del género humano. Nunca debiéramos olvidar, que tanto desde lo colectivo como desde lo
individual, los hombres siempre seremos los propios arquitectos de nuestro destino y de nuestra realidad.
En todo ser humano en su dimension interna, también hay una
correspondencia directa entre la relación de ambas fuerzas, las que se expresan en diferentes grados, proporciones
y combinaciones. Lo que desde luego, tiene grandes repercusiones y
consecuencias, ya sea para bien o para mal, en el destino de la vida de cada cual.
El lado de la Luz, está representado por lo que se conoce como los atributos o cualidades divinas. Tales como la humildad, la generosidad, la
tolerancia, la verdad, la rectitud, la reverencia hacia lo sagrado, la caridad,
la compasión o el Amor desinteresado e incondicional. Cuando predominan dichos
aspectos positivos, la vida se hace mas liviana, alegre, próspera y abundante, y claramente con un sentido espiritual
mas elevado y trascendente.
Por el contrario, el lado de la oscuridad, lo podemos
reconocer por la predominancia de los valores opuestos, tales como el egoísmo,
la arrogancia, la codicia, la avaricia, la intolerancia, el desprecio social o
la vanidad. En este caso, predominan los valores o aspectos negativos o
demoníacos, los que degradan profundamente la condición humana, llevándola a
experimentar la vida bajo las pesadas y densas vibraciones del miedo, el dolor, el
sufrimiento, la falsedad o el deterioro moral.
El decadente y desafortunado mundo actual, es
una fiel representación de dicho enfrentamiento en el que prevalecen las tendencias de las fuerzas oscuras. Las cuales, como nunca antes en la historia han alcanzado grados tan
devastadores, causando sufrimiento, miseria, desastres y calamidades en todos
los niveles morales y sociales.
Las consecuencias inmediatas de todos estos
desequilibrios energéticos, las podemos ver en la forma de guerras crueles e irracionales, injusticias de
todo tipo, en la corrupción generalizada del mundo político y los aparatos
gubernamentales. O bien, en el hambre, la pobreza, el sufrimiento y la falta de
oportunidades que padece parte importante de la población, en contraste con el
enriquecimiento ilícito, inmoral y patológico de ciertas minorías ciegas y
ambiciosas, que dominan sin contrapeso el mundo financiero, político y
empresarial. Solo por citar algunos aspectos, ya que la lista desgraciadamente es mucho mas amplia.
Todas estas situaciones, tienen muchas complejidades y
abstracciones, y sin dudas, se pueden
ver y analizar desde distintos ángulos y perspectivas. Personalmente soy uno de aquellos que piensan que el mundo ya tiene mas que suficiente negatividad, una
vibración altamente densa y pesada, en la que el miedo, el dolor y el sufrimiento son
sus principales alimentos. Por lo tanto, creo que la transformación necesariamente
debe provenir desde un cambio total del paradigma actual, en el que la
consciencia y la evolución se muevan desde lo racional hacia lo espiritual, y donde el Corazón sea el principal centro motivador e inspirador del progreso y el avance del ser humano.
Tanto en el plano físico, como en plano el espiritual, muy bien
sabemos que la Luz es lo único que es capaz de disipar la oscuridad. El poder
de la Luz es infinitamente superior al poder de la oscuridad, de hecho, la
oscuridad no puede existir donde esta se encuentra presente. Por simple analogía podemos
inferior que aumentando exponencialmente la Luz, necesariamente disminuirá y decrecerá el poder de la
oscuridad.
Decirlo puede resultar muy fácil, llevarlo a la práctica no
tanto. Aquí es donde entra la responsabilidad individual y personal, ya que
cada persona que incrementa su porcentaje de Luz, análogamente disminuye su nivel de
oscuridad. Y eso tiene un valor incalculable para el avance y la progresión de
las fuerzas de la Luz. En las diferentes sagradas escrituras, se dice que la Fé mueve montañas, metafóricamente eso lo podemos ver y comprender como una alegoría al enorme
poder que subyace como una semilla dormida en el infinito potencial del alma humana.
El día que el Ser humano despierte del largo sueño de la
ignorancia, y finalmente recuerde quien realmente es, entonces recuperará su poder innato y eventualmente se reconectará con su verdadera naturaleza esencial, vale decir, su
Luz Interior. Entonces ya no será tan difícil ni tan utópico pensar en un mundo
mejor, mas justo, amoroso, solidario, y donde todos tengamos cabida y el mismo valor.
No en vano en oriente, a los altos Seres que alcanzan el
Nirvana o la Autorrealización, se les llama Maestros Iluminados, ya que ellos lograron
con mucho esfuerzo y grandes sacrificios personales, la ansiada meta de la
Iluminación. Claramente eso es un logro majestuoso y que se logra solo después
de muchas vidas de prolongada disciplina, austeridades y gran determinación.
Bien pueden ser ellos, una fuente de inspiración y un buen
ejemplo para todos aquellos que fervorosamente deseamos despertar nuestra
propia Luz Interior, cada uno a su tiempo, su ritmo y de acuerdo a sus propias posibilidades. En la medida en que aumentamos nuestra Luz Interior, el camino se hace
mas bello, mágico y gratificante, y sin lugar a dudas, si hacemos nuestra parte, el
cielo hará la suya, colmándonos de bendiciones, nuevas oportunidades y facilitando nuestros
objetivos.
Si damos unos cuantos pasos hacia la Divinidad, ella dará cientos
hacia nosotros a través de las distintas jerarquías espirituales, tales como las Huestes Angélicas, los Maestros Ascendidos u otros Seres de Luz. Eso está asegurado, ya que entre sus diferentes y cruciales roles, siempre está el de apoyar y bendecir a todas aquellas almas que se sintonizan y armonizan con el Plan Divino.