viernes, 28 de julio de 2017

~ El Despertar de la Luz Interior ~

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~ El Despertar de la Luz Interior ~

Si observamos con suficiente atención la historia del hombre en los últimos milenios, veremos que en variadas formas, las fuerzas de la Luz y la Oscuridad han estado en forma permanente y constante en una lucha formidable e interminable a la vez. En parte importante, es dicha dualidad, la que ha moldeado y determinado en forma muy relevante el destino y la evolución del género humano.

Naturalmente, la dualidad es una realidad que se manifiesta y se expresa mucho mas allá de este permanente conflicto o enfrentamiento entre la fuerzas de la Luz y las de la oscuridad. Esto lo podemos encontrar en la naturaleza en diferentes formas y expresiones tales como la manifestación del  frío y el calor, el día y la noche, del bien y el mal o el goce y el dolor. Siempre la encontraremos en pares de opuestos que se alternan y superponen constantemente, y que afectan, modifican y alteran la realidad,  el ambiente y la atmósfera del ser humano.

Si tomamos el ejemplo de la Luz y la oscuridad, veremos que dicha polaridad siempre ha estado presente en la historia y la vida de los seres humanos, y que desde luego, ha ido cambiando y manifestándose en diferentes formas y maneras, de acuerdo al desarrollo y la evolución de la especie en el tiempo y el espacio. En el aspecto externo, para corroborar aquello, solo habría que imaginar a un ser humano de hace solo un par de siglos hacia atrás que entrare repentinamente en cualquier realidad habitual de los tiempos actuales. A nadie le pueden caber dudas, de las enormes diferencias entre el concepto exterior de Luz y oscuridad entre el hombre antiguo y el hombre moderno.

Arquetípicamente, en el mundo interno la situación es bastante diferente, aún cuando no se puede generalizar, ya que las sociedades han evolucionado en formas, maneras y patrones también muy diferentes entre si. Y finalmente, el enfrentamiento colosal y permanente entre ambas fuerzas ha sido absolutamente determinante para el avance, el progreso y aún para la situación  presente del género humano. Nunca debiéramos olvidar, que tanto desde lo colectivo como desde  lo individual, los hombres siempre seremos los propios arquitectos de nuestro destino y de nuestra realidad.

En todo ser humano en su dimension interna, también hay una correspondencia directa entre la relación de ambas fuerzas, las que se expresan en diferentes grados, proporciones y combinaciones. Lo que desde luego, tiene grandes repercusiones y consecuencias, ya sea para bien o para mal, en el destino de la vida de cada cual.

El lado de la Luz, está representado por lo que se conoce como los atributos o cualidades divinas. Tales como la humildad, la generosidad, la tolerancia, la verdad, la rectitud, la reverencia hacia lo sagrado, la caridad, la compasión o el Amor desinteresado e incondicional. Cuando predominan dichos aspectos positivos, la vida se hace mas liviana,  alegre, próspera y abundante, y claramente con un sentido espiritual mas elevado y trascendente.

Por el contrario, el lado de la oscuridad, lo podemos reconocer por la predominancia de los valores opuestos, tales como el egoísmo, la arrogancia, la codicia, la avaricia, la intolerancia, el desprecio social o la vanidad. En este caso, predominan los valores o aspectos negativos o demoníacos, los que degradan profundamente la condición humana, llevándola a experimentar la vida bajo las pesadas y densas vibraciones del miedo, el dolor, el sufrimiento, la falsedad o el deterioro moral.

El decadente y desafortunado mundo actual, es una fiel representación de dicho enfrentamiento en el que  prevalecen las tendencias de las fuerzas oscuras. Las cuales, como nunca antes en la historia han alcanzado grados tan devastadores, causando sufrimiento, miseria, desastres y calamidades en todos los niveles morales y sociales. 

Las consecuencias inmediatas de todos estos desequilibrios energéticos, las podemos ver en la forma de  guerras crueles e irracionales, injusticias de todo tipo, en la corrupción generalizada del mundo político y los aparatos gubernamentales. O bien, en el hambre, la pobreza, el sufrimiento y la falta de oportunidades que padece parte importante de la población, en contraste con el enriquecimiento ilícito, inmoral y patológico de ciertas minorías ciegas y ambiciosas, que dominan sin contrapeso el mundo financiero, político y empresarial. Solo por citar algunos aspectos, ya que la lista desgraciadamente es mucho mas amplia.

Todas estas situaciones, tienen muchas complejidades y abstracciones, y sin dudas,  se pueden ver y analizar desde distintos ángulos y perspectivas. Personalmente soy uno de aquellos que piensan que el mundo ya tiene mas que suficiente negatividad, una vibración altamente densa y pesada, en la que el miedo, el dolor y el sufrimiento son sus principales alimentos. Por lo tanto, creo que la transformación necesariamente debe provenir desde un cambio total del paradigma actual, en el que la consciencia y la evolución se muevan desde lo racional hacia lo espiritual, y donde el Corazón sea el principal centro motivador e inspirador del progreso y el avance del ser humano.

Tanto en el plano físico, como en plano el espiritual, muy bien sabemos que la Luz es lo único que es capaz de disipar la oscuridad. El poder de la Luz es infinitamente superior al poder de la oscuridad, de hecho, la oscuridad no puede existir donde esta se encuentra presente. Por simple analogía podemos inferior que aumentando exponencialmente la Luz, necesariamente disminuirá y decrecerá el poder de la oscuridad.

Decirlo puede resultar muy fácil, llevarlo a la práctica no tanto. Aquí es donde entra la responsabilidad individual y personal, ya que cada persona que incrementa su porcentaje de Luz,  análogamente disminuye su nivel de oscuridad. Y eso tiene un valor incalculable para el avance y la progresión de las fuerzas de la Luz. En las diferentes sagradas escrituras, se dice que la Fé mueve montañas, metafóricamente eso lo podemos ver y comprender como una alegoría al enorme poder que subyace como una semilla dormida en el infinito potencial del alma humana.

El día que el Ser humano despierte del largo sueño de la ignorancia, y finalmente recuerde quien realmente es, entonces recuperará su poder innato y eventualmente se reconectará con su verdadera naturaleza esencial, vale decir, su Luz Interior. Entonces ya no será tan difícil ni tan utópico pensar en un mundo mejor, mas justo, amoroso, solidario, y donde todos tengamos cabida y el mismo valor.

No en vano en oriente, a los altos Seres que alcanzan el Nirvana o la Autorrealización, se les llama Maestros Iluminados, ya que ellos lograron con mucho esfuerzo y grandes sacrificios personales, la ansiada meta de la Iluminación. Claramente eso es un logro majestuoso y que se logra solo después de muchas vidas de prolongada disciplina, austeridades y gran determinación.

Bien pueden ser ellos, una fuente de inspiración y un buen ejemplo para todos aquellos que fervorosamente deseamos despertar nuestra propia Luz Interior, cada uno a su tiempo,  su ritmo y de acuerdo a sus propias posibilidades. En la medida en que aumentamos nuestra Luz Interior, el camino se hace mas bello, mágico y gratificante, y sin lugar a dudas, si hacemos nuestra parte, el cielo hará la suya, colmándonos de bendiciones, nuevas oportunidades y facilitando nuestros objetivos.

Si damos unos cuantos pasos hacia la Divinidad, ella dará cientos hacia nosotros a través de las distintas jerarquías espirituales, tales como las Huestes Angélicas, los Maestros Ascendidos u otros Seres de Luz. Eso está asegurado, ya que entre sus diferentes y cruciales roles, siempre está el de apoyar y bendecir a todas aquellas almas que se sintonizan y armonizan con el Plan Divino.



1 comentario:

  1. Tratar de ser una mejor persona cada día, nos aleja de la oscuridad, es así de simple! Pero hay días que cuesta ser una mejor persona,esos son los días que no me gusto tanto.

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